Hace a penas 5 años que las ventajas de la era digital han empezado a cambiar el mundo de la medicina tal y como lo conocíamos a finales del siglo XX. Cuando en el año 2001 se publicó el primer genoma humano completo, el principal problema con el que se encontraban los científicos que trabajaban en enfermedades humanas era que el genoma humano era mucho más variable de lo esperado y que, por tanto, las claves para curar estas enfermedades no iban a ser encontradas en un solo genoma. Quedaba claro que, si algún día queríamos llegar a curar enfermedades como el Cáncer no podíamos estancarnos en la secuenciación de un solo genoma, sino que deberíamos secuenciar muchos más, tal vez cientos o miles. Sin embargo, secuenciar tantos genomas estaba fuera de las posibilidades de cualquier Estado, ya que solamente secuenciar el primer genoma humano costó 3 mil millones de dólares americanos. A este escollo económico se sumaba otro: el tiempo, ya que secuenciar el primer genoma humano llevó, nada más ni nada menos que, 13 años de trabajo. Sin embargo, cuando se publicó el primer genoma humano, la siguiente generación de técnicas de secuenciación estaba a la vuelta de la esquina: pronto se crearon nuevos equipos de laboratorio que permitirían secuenciar genomas completos en unos pocos días, a un precio muy asequible; además, el aumento de las capacidades de almacenamiento y tratamiento informático de datos, permitiría el análisis de las secuencias generadas en un tiempo récord. Para que los lectores se hagan una idea: gracias a la revolución que está suponiendo la era digital en la medicina actual, hoy en día se pueden secuenciar todos los genes de una persona (los genes representan un 1-2% del genoma total) en menos de 3 días por poco más de mil euros.
El Consorcio Internacional Genoma del Cáncer
La dificultad para desarrollar muchos proyectos de secuenciación, debido a sus elevados requerimientos, llevó a que se establecieran alianzas (consorcios) que pretendían sumar esfuerzos y recursos para alcanzar un objetivo común. En el caso del Cáncer, se creó el Consorcio Internacional Genoma del Cáncer (http://www.icgc.org/). El objetivo común de esta alianza es encontrar los cambios genéticos (mutaciones) que llevan a que una célula normal se convierta en tumoral, un proceso conocido como oncogénesis (onco=cáncer, génesis=tumor). El Consorcio Internacional Genoma del Cáncer se subdivide en otros tantos consorcios, tantos como tipos de cáncer están siendo estudiados (unos 50).
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