Sydney Brenner, al fondo, en su casa de Ely (Foto: Marta Tojo) |
diciembre 16, 2012
La cita soñada con Sydney Brenner, codescubridor del ARN mensajero y del código genético
El Sábado 8 de Diciembre tuve la conversación más interesante de mi vida. Claro que, cualquier otro joven científico se vería igualmente impresionado, si fuera invitado a tomar un café en la casa de uno de los padres de la Biología Molecular. El anfitrión era Sydney Brenner, descubridor del ARN mensajero pero que, curiosamente, no recibiría el Premio Nobel por este hecho, sino por haber promovido el establecimiento del nematodo Caenorhabditis elegans como organismo modelo para el estudio de la genética en el desarrollo embrionario animal, especialmente del sistema nervioso. Sydney Brenner, de 85 años, jugó, además, un papel muy importante al lado de Francis Crick en el desciframiento del código genético, y en la hipótesis sobre la existencia de un ¨adaptador¨ necesario para transformar la información genética en proteínas, que un tiempo después se confirmó con el descubrimiento del ARN transferente. Por su laboratorio pasó John Sulston, con quien comparte el Premio Nobel de Medicina 2002, y Andrew Fire, Premio Nobel de Medicina 2006, por el descubrimiento del ARN de interferencia. En definitiva, Sydney Brenner es uno de los tres grandes científicos de la historia de la Biología molecular, junto a Francis Crick y James Watson, que ha inspirado a una generación de científicos con mucho talento.
octubre 18, 2012
Cita con John Sulston, Nobel de Medicina 2002
Fue un auténtico lujo recibir a John Sulston en su propia casa: El Sanger Institute; pues él fue el director fundador de este famoso instituto del Reino Unido.
John Sulston fue galardonado en el año 2002 con el Premio Nobel de medicina, por desentramar los secretos del desarrollo embionario del nematodo Caenorhabditis elegans. En el año 1976, estudiando este gusano plano, John fue el primero en comunicar a la comunidad científica la existencia del proceso de muerte celular programada (conocida con el término de apoptosis) en el desarrollo embrionario. Sus trabajos en torno a la Genética de Caenorhabditis elegans han servido para poner a punto las técnicas necesarias para llevar a cabo la secuenciación del Genoma Humano, proyecto en el que John Sulston estuvo muy involucrado. De hecho, fue en el Instituto Sanger, durante su dirección, en donde se obtuvieron la mayor parte de las secuencias del Proyecto Genoma Humano.
Actualmente, John Sulston, a través de The Royal Society (www.royalsociety.org), dedica su tiempo a concienciarnos sobre que ¨otro mundo es posible¨; promulgando la búsqueda de la sostenibilidad como sistema fundamental para el desarrollo futuro de nuestra especie en el Planeta. El proyecto en el que trabaja "People and the Planet" ha publicado un report con las recomendaciones clave para mejorar nuestra relación, como especie, con el Planeta que habitamos. Más información en el siguiente link: http://royalsociety.org/policy/projects/people-planet/
Parte de la entrevista está disponible en la web de ¨La Voz de Galcia¨:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/28/recortar-id-contraproducente-recuperacion-espana/0003_201210G28P28995.htm
John Sulston fue galardonado en el año 2002 con el Premio Nobel de medicina, por desentramar los secretos del desarrollo embionario del nematodo Caenorhabditis elegans. En el año 1976, estudiando este gusano plano, John fue el primero en comunicar a la comunidad científica la existencia del proceso de muerte celular programada (conocida con el término de apoptosis) en el desarrollo embrionario. Sus trabajos en torno a la Genética de Caenorhabditis elegans han servido para poner a punto las técnicas necesarias para llevar a cabo la secuenciación del Genoma Humano, proyecto en el que John Sulston estuvo muy involucrado. De hecho, fue en el Instituto Sanger, durante su dirección, en donde se obtuvieron la mayor parte de las secuencias del Proyecto Genoma Humano.
Actualmente, John Sulston, a través de The Royal Society (www.royalsociety.org), dedica su tiempo a concienciarnos sobre que ¨otro mundo es posible¨; promulgando la búsqueda de la sostenibilidad como sistema fundamental para el desarrollo futuro de nuestra especie en el Planeta. El proyecto en el que trabaja "People and the Planet" ha publicado un report con las recomendaciones clave para mejorar nuestra relación, como especie, con el Planeta que habitamos. Más información en el siguiente link: http://royalsociety.org/policy/projects/people-planet/
Parte de la entrevista está disponible en la web de ¨La Voz de Galcia¨:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/28/recortar-id-contraproducente-recuperacion-espana/0003_201210G28P28995.htm
John Sulston a la derecha |
octubre 12, 2012
Cita con John Gurdon, Nobel de Medicina 2012
El pasado Jueves 11 de Octubre, tuve la ocasión de visitarlo en su laboratorio en Cambridge, para entrevistarlo para La Voz de Galicia, con motivo de su reciente premio Nobel en Medicina y Fisiología. Amable y educado, y con un asombroso parecido a uno de los apuestos guerreros de "El Señor de los Anillos", Gurdon me recibió en un pequeño y modesto despacho conectado al laboratorio, lo que denota un gran interés por seguir al pie del cañón, a pesar de sus 79 años.
La entrevista parcial puede leerse en el siguiente link: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/12/entre-universidad-oxford-puerta-atras/0003_201210G12P52991.htm
Una foto para el recuerdo. John Gurdon, a la derecha. |
Si no sabes por qué Gurdon ganó el Nobel de medicina 2012, lee el siguiente artículo:
Un avance sin utilizar embriones
(Publicado en "La Voz de Galicia" el 09 de Octubre de 2012)
De una manera general, puede decirse que todas las células de nuestro organismo tienen el mismo ADN. Sin embargo, mientras unas, como las células madre, tienen la potencialidad de convertirse en cualquier tipo de célula, otras han sido programadas irreversiblemente para realizar una función concreta, como ocurre, por ejemplo, con las neuronas. Es lo que los científicos llamamos programación celular.
(Publicado en "La Voz de Galicia" el 09 de Octubre de 2012)
De una manera general, puede decirse que todas las células de nuestro organismo tienen el mismo ADN. Sin embargo, mientras unas, como las células madre, tienen la potencialidad de convertirse en cualquier tipo de célula, otras han sido programadas irreversiblemente para realizar una función concreta, como ocurre, por ejemplo, con las neuronas. Es lo que los científicos llamamos programación celular.
¿Puede esta programación celular ser revertida?
Es decir, ¿puede una neurona, que ha sido programada para transmitir
impulsos nerviosos, volver a un estado inicial en el que aún no era una
neurona? John Gurdon, de la Universidad de Cambridge, dedicó casi toda
su vida a sentar las bases en torno a esta cuestión y, por sus
aportaciones, ha sido recompensado, a sus 79 años, con el Nobel de
Medicina. Un premio que, a pesar de su edad, le sorprendió al pie del
cañón. Por otro lado, estaba en casi todas las quinielas que sería
premiado Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kyoto, quien, siguiendo
las líneas marcadas por Gurdon, identificó un grupo de 4 genes que
serían suficientes para revertir dicha programación celular. Gracias a
ellos es posible avanzar en el campo de las células madre sin usar
embriones.
octubre 11, 2012
Cita con Tim Hunt, Nobel de Medicina 2001
El Martes 9 de Octubre me acerqué hasta los laboratorios del Cancer Research UK en Londres para charlar con Tim Hunt, científico que fue galardonado en el 2001 con el Nobel de medicina por el descubrimiento de las ciclinas. Amigable, cercano y bonachón, me recibe con una gran sonrisa. Durante nuestra conversación, muy relajada, me contó muchas curiosidades sobre su intensa vida como científico. Me volví a Cambridge con una entrevista con la Historia bajo el brazo y una gran satisfacción intelectual. Sin duda, esta fue una de las citas más interesantes de mi vida.
Un resumen de la entrevista puede leerse en la ¨La Voz de Galicia¨ a través del siguiente link:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/28/reduces-financiacion-pierdes-tus-mejores-cerebros/0003_201210G28P28992.htm
Un resumen de la entrevista puede leerse en la ¨La Voz de Galicia¨ a través del siguiente link:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/28/reduces-financiacion-pierdes-tus-mejores-cerebros/0003_201210G28P28992.htm
Tim Hunt, a la derecha |
agosto 06, 2012
Genes en una Bola de Cristal
El siguiente artículo ha sido publicado en el periódico "La Voz de Galicia" el día 5 de Agosto de 2012 (página 20)
Hace unas semanas el centro de investigación en el que estoy trabajando en Reino Unido comenzó una iniciativa para secuenciar el genoma de todos sus científicos, entre ellos yo. Por si no lo sabe, un genoma es el conjunto del ADN que contiene una célula, y la secuenciación del mismo nos proporciona toda la información genética que contienen los genes. En otras palabras, nuestro genoma tiene codificada información muy importante acerca de nuestro presente, nuestro futuro y nuestro pasado y su secuenciación nos puede desvelar algunos secretos; es como una pequeñísima bola de cristal que, en manos del vidente adecuado, puede llegar a leerse. Y se da la casualidad que mi trabajo es precisamente ese: leer esas diminutas bolas de cristal que contiene a nuestros genes. Por eso, les invito a echar un vistazo sobre mi genoma. Pero antes deben saber que la información que les voy a contar a continuación es confidencial, así que no caigan en la tentación de divulgarla por ahí.
Para empezar, vamos a ver si esta bola funciona bien. Para ello voy a contrastar la información que me muestra sobre mi genoma con caracteres biológicos que yo ya conozco. Por ejemplo, veamos que dice mi genoma con respecto al color de mis ojos. Yo sé que mis ojos son marrones, como lo son en la mayoría de ustedes. El color de los ojos es un carácter algo complicado en genética, porque viene determinado por la combinación de los efectos de varios genes. Sin embargo, hay un gen sobre todos los demás que parece tener más peso en el resultado final; se trata del gen OAC2. Este gen esta asociado a la producción de la melanina, que es el pigmento encargado de dar color a los ojos. Distintas variantes del gen conllevan a que en las células del ojo se acumule más o menos melanina, y eso determina el color. En mi caso, la variante del gen OAC2 es la que corresponde a ojos marrones, así que todo cuadra. Sigamos adelante.
Siempre he querido saber de donde procedían mis ancestros. No pretendo remontar en el tiempo hasta llegar a Adan y Eva, sino solamente retroceder unos cuantos cientos de años para saber más sobre los orígenes de mi familia. Hasta ahora, lo único que sé es que mi padre era de un pequeño pueblo de Lugo, mi madre de Noya, y que unos once meses después de casarse ambos nací yo, en Compostela, aunque probablemente fui concebido en Roma, durante su luna de miel. Puedo vivir el resto de mi vida con esa información, pero siempre he querido saber más sobre mis antepasados. Para ello, la estrategia es centrar la atención en la secuencia de ADN del cromosoma Y. Los cromosomas son pequeños hilos en los que se organiza todo el ADN de la célula. En cada célula tenemos 46 cromosomas. El cromosoma Y es ese que solo tenemos los hombres y que nos hace más estúpidos que las mujeres (de ahí que digan que el hombre, y no la mujer, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra). La presencia en mi cromosoma Y de una región conocida como E1b1b1b me dice que mis antepasados por línea paterna provienen del Norte de África, lo cual no me deja indiferente. Tal vez sea descendiente de alguno de aquellos moriscos que poblaron la Península hasta hace cinco siglos y que fueron expulsados por Felipe III en 1609.
Por último, veamos que dice mi genoma sobre mi futuro. Dirijamos la mirada hacia algo sencillo. En mi familia por vía materna ha habido problemas con los dulces. Me refiero a que mi abuela era diabética, y parece que la causa de su enfermedad era una variante anómala de un gen llamado CANP10, ya que estoy viendo que en mi genoma está presente dicha variante.
Este último dato es perfecto para comentarles que el hecho de que mis genes digan una cosa no quiere decir que necesariamente se vaya a cumplir. Yo no he desarrollado diabetes porque hay otros factores implicados, algunos genéticos y otros ambientales como, por ejemplo, la alimentación. Lo único que sé, es que disponer de la información que me brinda esta bola de cristal me va a ayudar a llevar una vida más saludable.
Para empezar, vamos a ver si esta bola funciona bien. Para ello voy a contrastar la información que me muestra sobre mi genoma con caracteres biológicos que yo ya conozco. Por ejemplo, veamos que dice mi genoma con respecto al color de mis ojos. Yo sé que mis ojos son marrones, como lo son en la mayoría de ustedes. El color de los ojos es un carácter algo complicado en genética, porque viene determinado por la combinación de los efectos de varios genes. Sin embargo, hay un gen sobre todos los demás que parece tener más peso en el resultado final; se trata del gen OAC2. Este gen esta asociado a la producción de la melanina, que es el pigmento encargado de dar color a los ojos. Distintas variantes del gen conllevan a que en las células del ojo se acumule más o menos melanina, y eso determina el color. En mi caso, la variante del gen OAC2 es la que corresponde a ojos marrones, así que todo cuadra. Sigamos adelante.
Siempre he querido saber de donde procedían mis ancestros. No pretendo remontar en el tiempo hasta llegar a Adan y Eva, sino solamente retroceder unos cuantos cientos de años para saber más sobre los orígenes de mi familia. Hasta ahora, lo único que sé es que mi padre era de un pequeño pueblo de Lugo, mi madre de Noya, y que unos once meses después de casarse ambos nací yo, en Compostela, aunque probablemente fui concebido en Roma, durante su luna de miel. Puedo vivir el resto de mi vida con esa información, pero siempre he querido saber más sobre mis antepasados. Para ello, la estrategia es centrar la atención en la secuencia de ADN del cromosoma Y. Los cromosomas son pequeños hilos en los que se organiza todo el ADN de la célula. En cada célula tenemos 46 cromosomas. El cromosoma Y es ese que solo tenemos los hombres y que nos hace más estúpidos que las mujeres (de ahí que digan que el hombre, y no la mujer, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra). La presencia en mi cromosoma Y de una región conocida como E1b1b1b me dice que mis antepasados por línea paterna provienen del Norte de África, lo cual no me deja indiferente. Tal vez sea descendiente de alguno de aquellos moriscos que poblaron la Península hasta hace cinco siglos y que fueron expulsados por Felipe III en 1609.
Por último, veamos que dice mi genoma sobre mi futuro. Dirijamos la mirada hacia algo sencillo. En mi familia por vía materna ha habido problemas con los dulces. Me refiero a que mi abuela era diabética, y parece que la causa de su enfermedad era una variante anómala de un gen llamado CANP10, ya que estoy viendo que en mi genoma está presente dicha variante.
Este último dato es perfecto para comentarles que el hecho de que mis genes digan una cosa no quiere decir que necesariamente se vaya a cumplir. Yo no he desarrollado diabetes porque hay otros factores implicados, algunos genéticos y otros ambientales como, por ejemplo, la alimentación. Lo único que sé, es que disponer de la información que me brinda esta bola de cristal me va a ayudar a llevar una vida más saludable.
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